viernes, agosto 12, 2005

Pensäo Santiago


- No. Yo tengo mis principios, y eso que me pides está en conflicto con todos ellos.

Tomás en aquella posición tan comprometida recorrió con estas palabras los escasos centímetros que le separaban de la moqueta. Su cuerpo hastío parecía ser engullido, debido a la ausencia de luz, por aquel tapiz que fueron bordando gota a gota anteriores inquilinos de la 14.

Algunas noches antes llegó a Lisboa. Las calles desiertas y el tambor de los truenos le convirtieron en un Cristo empapado procesionando por la Rua Augusta y sus paralelas.
Los edificios de aquellas avenidas le parecieron distinguidos, fue por ese motivo que cuando vio el luminoso que anunciaba la Pensäo probó suerte convencido de la categoría del establecimiento y no dudó aceptar la habitación que le ofertó Regina obviando las chapas de acero que servían de puerta a los pisos inferiores.

Kashmir

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Enhorabuena, Kashmir!

Más que unas palabras mías te dejo un regalo de nuestro querido Baudelaire. Tú y yo sabemos porqué lo invitamos hoy a nuestra mesa...

" Decididamente, la inspiración es hermana del trabajo cotidiano. Estos dos contrarios no se excluyen en absoluto, como todos los contrarios que constituyen la naturaleza. La inspiración obedece, como el hombre, como la digestión, como el sueño. (...) Si se consiente en vivir en una contemplación tenaz de la obra futura, el trabajo diario servirá a la inspiración, como una escritura legible sirve para aclarar el pensamiento, y como el pensamiento calmo y poderoso sirve para escribir legiblemente, pues ya pasó el tiempo de la mala letra"

Kashmir dijo...

Gracias amigo y traslada también mi gratitud a nuestro querido comensal.

En breve veremos que pasa con Tomás...

Anónimo dijo...

mola, sigue con la historia